
Oraciones con tonos religiosos, consejos para engañar a los padres y fotos de modelos esbeltas, son ítems obligados en los blogs o páginas que promueven la bulimia y fundamentalmente la anorexia.
Teniendo en cuenta que son patologías de carácter privado y silencioso, es significativo qué existan foros en Internet donde quienes las padecen necesitan compartir sus vivencias. ¿Por qué?
Es necesario apuntar que la anorexia no es una enfermedad de este siglo, ni del pasado. Sisí, Emperatriz de Austria se hacía purgas y caminaba ininterrumpidamente. Las santas ayunaban de forma mística y en la literatura romántica también se encuentran rastros.
Por otra parte, Sigmund Freud estudió una infinidad de casos dentro de sus pacientes histéricas. El psicoanálisis entiende a la anorexia como un síntoma dentro de una estructura patológica y desaconseja los tratamientos grupales por considerarlos semilleros donde las pacientes aprenden nuevas técnicas para seguir adelante con la enfermedad. Así como las pacientes histéricas de Freud copiaban los síntomas de las otras (parálisis de un brazo, o pierna), las de hoy dejan de comer.
“Sé más acerca de anorexia y suicidio que los psicólogos y los médicos que intentaron ayudarme” desafía Cielo Latíni desde su libro Abzurdah. Es la “gurú” de las anoréxicas, la recuperada por excelencia y presentada por los medios como una valiente. Cielo empezó con una web, mecomoami, que en el transcurso del día era visitada por un promedio de tres mil chicas para ver qué tenia para decir y otras sesenta mil compraron su libro para ver porqué dejó de decirlo.
En uno de los capítulos, Latini defiende el derecho de las anoréxicas de hacer lo que se les antoje con su cuerpo y de poder comunicarlo al mundo. Esta es la columna vertebral que siguen todos los sites Pro Ana (anorexia) y Pro Mía (bulimia), donde se habla de estas dos patologías como si fueran amigas cercanas, familia, o simplemente una vía de escape.
Según un estudio realizado en España el 68% de las usuarias son jóvenes mujeres de entre 14 y 17 años. “En la adolescencia surgen factores externos que no se pueden manejar con facilidad: nuevo colegio, nuevos amigos, nuevos deseos. Ante esta falta de control, las chicas empiezan a tomar posesión de sus cuerpos. Es como si dijeran: no puedo controlar lo de afuera, pero sí a mi cuerpo” explica Alejandra Ale, integrante del equipo de Trastornos de la Alimentación del Hospital Pirovano.
Otro rasgo común del adolescente es su carácter competitivo, por esto los foros también incluyen “carreras de kilos”, en las que las usuarias se comprometen a bajar el mayor número de kilos en el menor tiempo posible.
Fueron dos hombres, quienes en 2004 denunciaron la existencia de estos sites. El español Guillermo Cánovas, presidente de la asociación Protégeles y Pedro Nuñez Morgades, de Defensero del Menor, entendieron que las manifestaciones no eran sólo parte de juegos adolescentes y llegaron a un acuerdo con algunos servicios de Internet para dar de baja estos sitios. Como era de suponer las quejas no se hicieron esperar: “¿Cuándo nos dejarán en paz? ¿Por qué se meten con nosotros de esta forma? ¿No nos han educado precisamente ellos para que luchemos por lo que deseamos?”.
Llevan pulseras rojas y moradas que las identifican, evitan las mismas comidas, usan idénticas excusas para levantarse de la mesa, se angustian cuando comen de más y se alegran y congratulan cuando bajan de peso.
En conclusión, la bulimia y anorexia, son patologías cuyo carácter identificatorio llevan a quienes las padecen a exponerse y compartir con otras su día a día. Entienden que hay un punto de falta en la otra, la alientan y toman el lugar de aquella que sufre. “Soy Ana”, “soy Mía” se presentan. Hay algo que se les juega en el orden del ser, porque si dejan de ser, tal vez no son nada.
Sol Gosetti
No hay comentarios:
Publicar un comentario