
Señor Director:
Por suerte, no todos los ratis somos iguales. Es más, dejamos nuestras familias un sábado y un domingo para cuidarte a vos, "ricotero", y para proteger a los vecinos de vos y otros "ricoteros". Como verás, hay malos en todos lados. Yo te cuido de los malos, te protejo de los agresivos y los violentos para que vos y todos puedan disfrutar de un buen espectáculo. Soy "rati", pero de vocación, de alma.
Como vos,"ricotero", adoro ser "rati" como vos adoras a Patricio Rey y sus Redonditos de ricota. También tuve y tengo ídolos. Fui y voy a verlos, y van mis hijos, los hijos de un "rati". ¿Suena feo, no?. Pero este "rati" se juega la vida cada tanto, y en cualquier momento se la juega por vos. Pero no importa, es mi deber. Como también es mi deber y mi obligación cuidarte.
Si algún día necesitas un consejo o una ayuda, si tenés ganas y cambiás de idea, este "rati" te espera. Este "rati" te va a escuchar y ayudar.
Probá, nunca es tarde. Te vas a dar cuenta que los "ratis" somos humanos.
Chau "ricotero", hasta el próximo recital.
GUILLERMO GOMEZ
SUB-OFICIAL DE LA POLICIA FEDERAL
POMPEYA.
Esta carta fue publicada en el DIARIO POPULAR de Buenos Aires, el día 19 de abril del 2000, en la sección PIDO LA PALABRA, pagina ocho (8)del cuerpo principal del diario.
1 comentario:
Me parece genial, como ricotero lo digo, no puedo odiar ni la intolerancia, y lamento que haya personas que en lugar de disfrutar lo que tienen (en este caso los redondos) necesiten buscar "oposiciones", como la más triste, el odio a Cerati.
Es culpa de las sociedades, el miedo a vivir mejor nos come día a día, y vivir mejor no es tener guita como piensan los anti ratis, o anti soda, es vivir mejor con uno mismo. Me pararon mil veces a revisarme si tenía faso, menos mal que no llevaba, no hubiese querido un quilombo, hay que aceptar las leyes como son y si las vamos a cagar, que sea con elegancia. Prepotear y gritar "matar a un rati" es otra forma de no lograr ningún cambio.
Y su miseria, honestamente, no me interesa, no por nada los redondos evolucionan; y los que se quedan con el odio siguen mirando desde abajo.
Un saludo!
Guille
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